martes, 30 de diciembre de 2014

McLeodGanj: Dalai Lama, Tibet y Budismo

Para mi primera navidad lejos de casa decidí hacer un viaje, algo que me mantuviera distraída y no me hiciera caer en la nostalgia y posible lloradera por estar lejos de mi familia. Además, finalmente tuve un descanso de mis viajes de trabajo, así que era la oportunidad perfecta.

El lugar escogido se llama McLeodGanj, hace parte de Daramshala, y está ubicado en el estado de Himachal Pradesh al norte de India. McLeodGanj es un pueblo muy pequeño, está a 2.082 metros de altura y se caracteriza por sus estrechas y empinadas calles, gran cantidad de hoteles y restaurantes, y monjes budistas caminando por sus calles.

Durante los últimos años se ha convertido en un gran destino turístico precisamente por eso, los monjes budistas tibetanos, y para ser más específicos, el Dalai Lama. Desde los años 50 se estableció en este lugar el Gobierno en exilio del Tíbet, y con ellos el Dalai Lama, máximo guía espiritual del budismo tibetano. Ahora en este lugar conviven los indios, monjes y refugiados tibetanos, pero todos con gran influencia de occidente.

Decidimos viajar durante la noche. El trayecto Delhi-McLeodGanj en bus tarda 11 horas. Otra forma de llegar es en tren hasta Pathankot y luego ir por bus o taxi hasta McLeodGanj. Llegamos a las 5 de la mañana del 24 de diciembre, todo estaba oscuro y helado. La estación de buses parecía más un parqueadero abandonado. Tomamos un taxi y nos dirigimos a la Guest House (son casas que han convertido en hoteles, las familias aún viven allí y son quienes atienden a los huéspedes. Esta es la forma más popular y económica de hospedaje en India).

Llegamos al hotel, descansamos por un par de horas y luego salimos a caminar por el pueblo. En esta época del año la temperatura es similar a la Delhi (pero en enero empieza a nevar), así que siempre vestía al menos 3 capas de ropa. Las distancias son cortas así que puedes ir caminando a donde desees. En la plaza principal encuentras desde el restaurante con típica comida tibetana hasta un Pizza Hut, además de hoteles e innumerables ventas en la calle de collares, manillas, shawls, guantes y otras cosas para el frío. Ese día cenamos en el restaurante del Hotel Tíbet: comida tibetana, meseros indios, ambiente occidental. Esto último porque el restaurante estaba decorado con navidad, tenía un arbolito con luces en el centro y los meseros usaban gorros rojos. Para finalizar el día compramos vinos, chocolates, queso y velas, y compartimos juntos en el hotel en la víspera de navidad.


Al día siguiente fuimos a visitar el templo del Dalai Lama, el templo Tsuglagkhang. Hay un filtro de seguridad en la entrada. Al ingresar parece un edificio moderno, aunque es bastante sencillo. Tiene unos salones de clase donde preparan a futuros monjes y donde el Dalai Lama da sus enseñanzas cuando está en el pueblo. En la parte superior del edificio está el templo. Debes quitarte los zapatos para ingresar.

Como en la mayoría de los templos - si no todos - no están permitidas las fotografías, pero intentaré ilustrarles un poco lo que había allí. El piso es de madera, dos grandes vitrinas de cristal con imágenes del budismo están en la parte central y divide nuestro recorrido en dos pasillos. Hay velas encendidas, imágenes del Dalai Lama y ofrendas. Estas ofrendas son algo muy curioso, no son sólo dinero, sino cajas de galletas de chocolate, leche, miel, jugos, entre otros alimentos. En un rincón se encuentra un monje recitando oraciones o mantras e indicándonos por donde debemos caminar.

Al salir del templo se pueden encontrar las Mani Prayer Wheel o Ruedas de Plegaria. Son un elemento característico del budismo, con el mantra "Om Mani Padme Hum" escrito en ellas. Los budistas dicen que girar estas ruedas tiene el mismo mérito que recitar los mantras que allí están inscritos.

En el camino de salida del templo se puede observar una pancarta gigante con caras de jóvenes monjes, más de 50. Son monjes que se han inmolado - en otras palabras, encendido fuego a sí mismos - como una forma de protestar ante el Gobierno chino por el reconocimiento del Tíbet como un lugar autónomo. Es por la misma razón que por todo el pueblo encontrarás grafitis y letreros que rezan "Tíbet Libre". De acuerdo a la prensa han sido 136 desde el 2009; el último de ellos fue el 23 de diciembre, hace una semana.

Pero en McLeodGanj no todo es budismo, también podrás encontrar un templo hindú que tiene una piscina a sus pies con agua sagrada que viene desde la montaña. Las personas son libres de ingresar con la condición de mantener el lugar limpio. 


Y si quieres saber de dónde viene el agua, entonces puedes caminar hasta Bhagsu Fall, una pequeña cascada a la que puedes llegar caminando cuesta arriba en la montaña. Y para hacerlo más entretenido, por qué caminar por el camino y las escaleras embaldosadas si puedes ir escalando a través de las piedras del río que está casi seco, pero que cada ciertos metros forma una pequeña piscina de agua cristalina y helada que te invita a contemplar la paz del lugar y sumergirte en sus aguas (si eres valiente).



Un último dato de este lugar, la comida es muy barata, absolutamente barata. Comimos como reyes y parecía que cuanto más comíamos menos pagábamos.

Saludos desde India y ¡feliz año nuevo!.

martes, 16 de diciembre de 2014

Día de las Velitas

Hace algunos días se celebró el día de las velitas. Para quienes no saben sobre esta fecha, es el día que marca el inicio de las festividades navideñas en Colombia. Se encienden velas durante la noche del 7 de diciembre en honor a la Virgen María, esto se hace principalmente en las calles así que es también un momento para compartir con los vecinos. En el caso de mi ciudad, Cartagena, lo hacemos el 8 de diciembre en la madrugada, algo así como a las 3 o 4 de la mañana. Sin duda, con sentido religioso o no, esta fecha se ha convertido en algo importante para todos.

Dado que estoy tan lejos de casa no estaba segura si podría celebrar esta fecha, no sabía si estaría de viaje o estaría en Delhi así que no hice planes. Finalmente el día anterior una colombiana me dijo que varias personas se reunirían en su apartamento a celebrar así que me invitó, eso sí con la condición que llevara vino.

Al llegar, la encontré con otra colombiana preparando el banquete que nos daríamos esa noche: arepa (con harina P.A.N. por supuesto), patacones, hogao, arepas de huevo (al menos algo parecido), mazorca, flan, y no sé si me pasa algo más. Limpiamos la terraza (azotea, último piso del edificio, como lo quieran llamar) con escobas al estilo indio, pusimos dos colchonetas para sentarnos, cojines, una tela para adornar y esconder los alambres de tender la ropa, y agregamos unas luces navideñas. Eso y las velas dieron un ambiente tan cálido – e incluso romántico – que hicieron que no importara el frío que está haciendo en Delhi por estos días.



Finalmente nos reunimos cinco colombianos, un indio y una persona del Congo. Esta última persona fue muy interesante conocerla: acorde a sus palabras él es chocoano, y en su iPod tiene música de Joe Arroyo, Grupo Niche, Kevin Flórez, Mike Bahía, vallenato, entre otras. Ese hombre es más colombiano que muchos que conozco. Durante su tiempo en India ha conocido tantos colombianos que ha ido conociendo sobre nuestra cultura. Pronto comenzará a estudiar español y entre sus planes está visitar Colombia.

Esa noche me divertí, fue una nueva forma de celebrar el día de las velitas, y por supuesto encendí mi vela. Cuando estás en otro país eso no implica que debas perder tus costumbres, sólo tienes que adaptarlas un poco a la situación, incluso si eso significa terminar hablando en inglés entre colombianos porque tienes invitados internacionales.

lunes, 15 de diciembre de 2014

¿Dónde está Nadine?

He estado perdida, nuevamente, lo sé. Les contaré lo que he estado haciendo:

Después de estar dos meses aburrida sentada en mi escritorio y pedirle a mi jefe nuevos proyectos, obtuve finalmente uno que me haría viajar. ¿Qué pensé yo? ¡Excelente! Voy a ganar experiencia profesional, voy a viajar lo cual me encanta, y además me pagarán por hacerlo. Resultado: sí, todo lo que había pensado, pero además durante los últimos dos meses he estado más tiempo viajando que en mi apartamento.

Mis amigos me preguntan todo el tiempo “¿Cuándo regresarás?”, mis compañeras de apartamento me dicen “¿Otra vez te vas?”. He estado pagando el arriendo y los servicios públicos sin siquiera usarlos. Hasta el celular me sale más caro porque en India si vas de un Estado a otro (el equivalente a departamentos en Colombia) tienes que pagar roaming por voz y datos (Sí, como si estuviera en otro país).

La verdad esto no me molesta. Me encanta porque me estoy llenando de nuevas experiencias y gracias a esto puedo ir definiendo lo que quiero hacer con mi vida y en mi futuro profesional. Tienes que probar diferentes cosas en tu vida para decidir qué te gusta y qué no. Lo único que no me gusta es que a veces paso mucho tiempo sin ver a mis amigos. Estaré otros dos meses en este ritmo pero de alguna forma lo haré funcionar.


Pronto vendré con nuevas historias. Consideren esto una actualización de estado.