Para mi
primera navidad lejos de casa decidí hacer un viaje, algo que me mantuviera
distraída y no me hiciera caer en la nostalgia y posible lloradera por estar
lejos de mi familia. Además, finalmente tuve un descanso de mis viajes de
trabajo, así que era la oportunidad perfecta.
El lugar escogido
se llama McLeodGanj, hace parte de Daramshala, y está ubicado en el estado de
Himachal Pradesh al norte de India. McLeodGanj es un pueblo muy pequeño, está a
2.082 metros de altura y se caracteriza por sus estrechas y empinadas calles,
gran cantidad de hoteles y restaurantes, y monjes budistas caminando por sus
calles.
Durante los
últimos años se ha convertido en un gran destino turístico precisamente por
eso, los monjes budistas tibetanos, y para ser más específicos, el Dalai Lama.
Desde los años 50 se estableció en este lugar el Gobierno en exilio del Tíbet,
y con ellos el Dalai Lama, máximo guía espiritual del budismo tibetano. Ahora
en este lugar conviven los indios, monjes y refugiados tibetanos, pero todos
con gran influencia de occidente.
Decidimos viajar
durante la noche. El trayecto Delhi-McLeodGanj en bus tarda 11 horas. Otra
forma de llegar es en tren hasta Pathankot y luego ir por bus o taxi hasta
McLeodGanj. Llegamos a las 5 de la mañana del 24 de diciembre, todo estaba
oscuro y helado. La estación de buses parecía más un parqueadero abandonado.
Tomamos un taxi y nos dirigimos a la Guest House (son casas que han convertido
en hoteles, las familias aún viven allí y son quienes atienden a los huéspedes.
Esta es la forma más popular y económica de hospedaje en India).
Llegamos al hotel,
descansamos por un par de horas y luego salimos a caminar por el pueblo. En
esta época del año la temperatura es similar a la Delhi (pero en enero empieza
a nevar), así que siempre vestía al menos 3 capas de ropa. Las distancias son
cortas así que puedes ir caminando a donde desees. En la plaza principal
encuentras desde el restaurante con típica comida tibetana hasta un Pizza Hut, además
de hoteles e innumerables ventas en la calle de collares, manillas, shawls,
guantes y otras cosas para el frío. Ese día cenamos en el restaurante del Hotel
Tíbet: comida tibetana, meseros indios, ambiente occidental. Esto último porque
el restaurante estaba decorado con navidad, tenía un arbolito con luces en el
centro y los meseros usaban gorros rojos. Para finalizar el día compramos
vinos, chocolates, queso y velas, y compartimos juntos en el hotel en la
víspera de navidad.
Al día siguiente
fuimos a visitar el templo del Dalai Lama, el templo Tsuglagkhang. Hay un filtro de seguridad en la entrada. Al ingresar parece un
edificio moderno, aunque es bastante sencillo. Tiene unos salones de clase
donde preparan a futuros monjes y donde el Dalai Lama da sus enseñanzas cuando está
en el pueblo. En la parte superior del edificio está el templo. Debes quitarte
los zapatos para ingresar.
Como en la mayoría
de los templos - si no todos - no están permitidas las fotografías, pero
intentaré ilustrarles un poco lo que había allí. El piso es de madera, dos
grandes vitrinas de cristal con imágenes del budismo están en la parte central
y divide nuestro recorrido en dos pasillos. Hay velas encendidas, imágenes del
Dalai Lama y ofrendas. Estas ofrendas son algo muy curioso, no son sólo dinero,
sino cajas de galletas de chocolate, leche, miel, jugos, entre otros alimentos. En un rincón
se encuentra un monje recitando oraciones o mantras e indicándonos por donde debemos
caminar.
Al salir del
templo se pueden encontrar las Mani
Prayer Wheel o Ruedas de
Plegaria. Son un elemento característico del budismo, con el mantra "Om
Mani Padme Hum" escrito en ellas. Los budistas dicen que girar estas
ruedas tiene el mismo mérito que recitar los mantras que allí están inscritos.
En el camino de
salida del templo se puede observar una pancarta gigante con caras de jóvenes
monjes, más de 50. Son monjes que se han inmolado - en otras
palabras, encendido fuego a sí mismos - como una forma de protestar ante el
Gobierno chino por el reconocimiento del Tíbet como un lugar autónomo. Es por
la misma razón que por todo el pueblo encontrarás grafitis y letreros que rezan
"Tíbet Libre". De acuerdo a la prensa han sido 136 desde el 2009; el último de ellos fue el 23 de diciembre, hace una semana.
Pero en McLeodGanj
no todo es budismo, también podrás encontrar un templo hindú que tiene una
piscina a sus pies con agua sagrada que viene desde la montaña. Las personas
son libres de ingresar con la condición de mantener el lugar limpio.
Y si quieres saber
de dónde viene el agua, entonces puedes caminar hasta Bhagsu Fall, una pequeña
cascada a la que puedes llegar caminando cuesta arriba en la montaña. Y para
hacerlo más entretenido, por qué caminar por el camino y las escaleras
embaldosadas si puedes ir escalando a través de las piedras del río que está
casi seco, pero que cada ciertos metros forma una pequeña piscina de agua
cristalina y helada que te invita a contemplar la paz del lugar y sumergirte
en sus aguas (si eres valiente).
Un último dato de este lugar, la comida es muy barata, absolutamente barata.
Comimos como reyes y parecía que cuanto más comíamos menos pagábamos.
Saludos desde
India y ¡feliz año nuevo!.